El uso estratégico de vehículos legales para organizar el patrimonio familiar
- Mario Sosa
- 24 jul
- 3 Min. de lectura

En SOROWEALTH, ayudamos a las familias a diseñar estructuras que no solo protegen su patrimonio, sino que lo ordenan de forma estratégica para maximizar eficiencia fiscal, facilitar la gestión de activos y asegurar una sucesión ordenada y armoniosa.
Uno de los pilares clave para lograrlo es el uso correcto de vehículos legales, como sociedades y fideicomisos, que permiten separar, controlar y planear el patrimonio familiar con visión de largo plazo.
¿Por qué usar vehículos legales para organizar el patrimonio familiar?
La respuesta está en tres objetivos centrales:
Eficiencia fiscal: Permitir que cada tipo de activo tributen de forma óptima según su naturaleza.
Gestión especializada: Separar activos por tipo (inmobiliarios, financieros, empresariales) para administrarlos con reglas claras y alineadas con su propósito económico.
Planeación patrimonial y sucesoria: Facilitar el relevo generacional sin disputas ni pérdida de valor, incorporando reglas claras de participación, gobierno y liquidez.
Los vehículos más utilizados en México
A continuación, describimos los vehículos que más se emplean en la práctica patrimonial:
Sociedad Anónima (S.A.)
Ideal para negocios operativos tradicionales. Permite emitir acciones ordinarias y preferentes, establecer órganos de gobierno robustos y facilitar la transición accionaria en procesos sucesorios.
Sociedad Civil (S.C.)
Frecuente en actividades profesionales o de inversión pasiva, donde se busca mayor simplicidad operativa y transparencia fiscal. No es un vehículo óptimo para actividades comerciales directas, pero sí útil para clubes de inversión o tenencia de activos financieros.
Sociedad Anónima Promotora de Inversión (S.A.P.I.)
Diseñada para facilitar reglas de gobierno corporativo más sofisticadas: pactos de socios, derechos preferentes, emisión de series diferenciadas. Muy útil para activos de alto valor (por ejemplo, un portafolio inmobiliario o un negocio de familia con estructura institucional).
Fideicomiso
El vehículo más flexible para fines patrimoniales. Permite separar legalmente los activos del patrimonio personal, establecer beneficiarios, reglas de distribución, mecanismos de control y protección. Es ideal para sucesión, protección patrimonial, coinversión o administración fiduciaria de activos diversos.
¿Cuántos vehículos usar y cómo decidir cuál aplicar?
No existe una fórmula universal, pero sí directrices claras que orientan el diseño de una estructura eficiente:
Por tipo de activo (asset class):
Se recomienda separar activos inmobiliarios, financieros y operativos en vehículos distintos, para facilitar su gestión, monetización o transmisión.
Por función o propósito:
Un vehículo puede tener propósito de inversión, otro de operación, otro de tenencia o distribución. Separarlos permite alinear reglas de control, beneficios y riesgos con el objetivo de cada vehículo.
Por grupo de beneficiarios o generación familiar:
En estructuras multigeneracionales, puede convenir crear vehículos diferenciados para cada rama familiar, o bien, establecer fideicomisos con reglas específicas de participación.
Por jurisdicción o estrategia fiscal:
En familias con exposición internacional, puede ser conveniente usar vehículos en distintas jurisdicciones para mitigar riesgos, evitar doble tributación y facilitar el acceso a mercados.
Por tamaño y madurez del patrimonio:
No todas las familias requieren estructuras complejas. Una buena estrategia comienza con lo esencial, y escala conforme crece el patrimonio o aumenta la sofisticación de los activos.